martes, 28 de mayo de 2013

Martes, 28 de mayor del 2013.


CARTAS A UN ESTUDIANTE DE DERECHO

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Miguel Carbonell comparte con todos sus lectores los consejos, las sugerencias y los recuerdos de su época como estudiante. En forma didáctica y amena, carbonell escribe cartas dirigidas a los estudiantes de derecho, en las que les habla de los hábitos de estudio, de las habilidades que hay que obtener durante la carrera o durante el posgrado, de la forma en que un abogado aprende a argumentar o de la importancia que tiene el adoptar una sólida ética profesional para ejercer la profesión. Cualquier persona podrá encontrar en este texto una multiplicidad de razones para comprender mejor y estudiar más profundamente los temas jurídicos. El propósito principal del autor es compartir su vasta experiencia como estudiante, primero, y como profesor e investigador, después, con todos los que apenas comienzan a dar sus primeros pasos en el mundo del derecho. Carbonell se ha convertido en poco tiempo en una referencia obligada para las jóvenes generaciones de estudiantes de derecho. Con este libro da un paso más en su brillante carrera académica.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Miercoles, 22 de mayo 2013


Antonio Rodríguez v. dice por qué no calla

Publicado el 22/Mayo/2013 | 00:04
Antonio Rodríguez v. dice por qué no calla
No represento a nadie, pero no callo

Antonio Rodríguez Vincens recogió sus columnas de opinión en un libro: ‘No son tiempos de callar’, de Paradiso Editores. Ahí expresa su desesperanza por un país que ha optado por el silencio.

La entrevista

Por: José Hernández


Director Adjunto

Recopilar los textos que cada semana escribe, da cuenta de un trabajo de alguien que predica en el desierto.

Sí, es como decía Bolívar: arar en el mar. Siento en determinados círculos que son obviamente minoritarios una respuesta muy favorable, productiva. Pero fuera de esto, el silencio, la indiferencia. Más aún en un país donde el debate paulatinamente ha ido desapareciendo, donde no hay intercambio de ideas. Siento que aro en el mar. Pero creo que tenemos la obligación de expresar nuestro criterio, más aún cuando, por lo menos desde mi punto de vista, tengo conciencia de que el país no está enrumbándose adecuadamente.

El Gobierno pudiera decir que, justamente, no tiene impacto lo que escribe o siente este relativo silencio porque usted se equivoca. Usted haría parte de lo que era el país y ya no es.

Tal vez recogiendo alguna opinión de Ortega yo sostengo que, tanto Correa como su Régimen, son el resultado de las características de nuestra sociedad. El problema no está solo en quién gobierna sino fundamentalmente en nuestra sociedad: carece de cultura jurídica y por eso es que acepta con absoluta indiferencia la permanente, constante violación de la Constitución y las leyes. Nuestra sociedad carece de una visión ética de la vida y más aún de la política y por eso acepta un Régimen que, en mi criterio, es corrupto y que se ha negado a fiscalizar. Donde tenemos que trabajar es en nuestra sociedad más que combatir al régimen.

¿A quién le endosa ese vacío de cultura jurídica o de referentes éticos en lo público?

Todos somos responsables de una u otra forma. Obviamente que el régimen político, no de ahora sino de siempre, ha tenido una responsabilidad enorme porque no se ha sabido inculcar desde el poder principios fundamentales que deberían guiar una sociedad respetuosa de los demás, respetuosa de las normas constitucionales y las leyes, honesta y auténticamente democrática.

Hay muchos que sostienen que en el Ecuador penosamente estamos acostumbrados a regímenes autoritarios. La energía gubernamental, la imposición de disciplinas son necesarias pero no hay que confundir energía y disciplina con atropello y abuso, que es lo que estamos viviendo.

La recopilación de mis artículos no es más que eso: recoger un testimonio personal para difundirlo, no necesariamente ahora, sino para el futuro frente a la mentira oficial. Libros como el mío o como el de Oswaldo Hurtado o como el de El Universo indiscutiblemente van dejando un testimonio.

Si Correa es un resultado, lo es de las deficiencias de las élites que debieron serlo y nunca lo fueron.

Nunca lo fueron. No existen, fracasaron, no tenemos élites. Son élites que fracasaron y que terminaron, por su fracaso, destruyéndose. Y este vacío ha sido ocupado por la Revolución Ciudadana con todos sus defectos, con sus atropellos con todos sus abusos, con su corrupción, con su control y destrucción de las instituciones. ¿Cómo puede ser posible que un pueblo se dé cuenta de que se ha acusado al candidato a vicepresidente de la República de haber plagiado su tesis y sin embargo vota por ese candidato?

Usted dice que está dejando un testimonio. No es un Yo acuso, es un Yo no estoy de acuerdo.

No estoy de acuerdo. Pero sí se combate al régimen porque al decir la verdad y al contrastar nuestra verdad, que puede ser equivocada contra la verdad oficial que para mí es mentira oficial, indiscutiblemente lo estamos combatiendo. Pero creo que hay que ir más allá. Creo que hay que ir creando conciencia dentro de los ecuatorianos, entre los ciudadanos para reorientar la vida social en el país y, como consecuencia, la vida pública.

Está usted hablando de una tarea de generaciones.

De acuerdo, es una tarea que va más allá del Régimen de Correa porque lo que realmente interesa es construir un país diferente para el futuro. No sacamos nada con que se vaya Correa y que vuelva un régimen similar o de iguales características. Y mientras no cambiemos nuestra forma de ver la política, de actuar en la vida privada y esto se refleje después en la vida pública probablemente vamos a seguir yendo de tumbo en tumbo.

¿Usted se siente como un intelectual, como una conciencia, como un referente moral? ¿Cómo se ve? ¿Escribe desde la soledad de una persona que no representa a nadie?

Sí, yo no represento a nadie. Pero soy un hombre que tengo la entereza suficiente para decir su verdad y para expresarla sin temores y sin favores para nadie. Mi testimonio es un testimonio personal. No quiero representar a nadie, no creo representar a los ecuatorianos ni al pueblo como se dice. Simplemente expreso mi criterio y lo hago público en una especie de diálogo con los ecuatorianos que posiblemente no tiene respuesta porque paulatinamente se ha ido eliminando el diálogo en el Ecuador. Recuerdo que al principio del Régimen de Correa tenía numerosísimas invitaciones a radio, a la televisión y a universidades y colegios profesionales. Siento que cada vez se van cerrando las puertas. Ya nunca me invitan a la televisión y cada vez me invitan menos en las radios. Se ha eliminado el debate, el diálogo y en una sociedad sin diálogo, sin intercambio de opiniones e ideas, se va imponiendo una verdad que se cree es la oficial y eso es lamentable.

¿Se siente usted un hombre progresista? ¿Desde qué orilla espera usted debatir? Porque el oficialismo le diría que usted plantea cosas que la gente no quiere oír?

¿Qué es lo que quiere oír la gente?

Al Presidente. Él es popular. Ganó en primera vuelta. Tiene 100 asambleístas y todos los poderes. Lo que ha querido, lo ha hecho.

Comenzamos por la elección. ¿Fue justa, equilibrada, todos los candidatos tuvieron las mismas opciones de expresar sus ideas? ¿Las condiciones en las que se obtuvo ese abrumador triunfo son equitativas, son justas, son honestas, son libres? Evidentemente no. Segundo: personalmente siempre he sido calificado como hombre progresista. Y desde ese punto de vista hablo para el futuro, no para el pasado. Cuando gobernaba Lucio Gutiérrez, me encontraba con quienes gobiernan ahora Correa en las calles o en los sitios de debate y condenábamos la violación constitucional. Éramos progresistas. Llega el Gobierno de Correa y yo sigo en la misma posición: sigo condenando la violación constitucional por la que me calificaban de progresista. Pero los progresistas que estaban a mi lado y ahora están en el Régimen y violan la Constitución y atropellan.

¿Quién es el coherente? ¿Quién ha traicionado sus principios? La respuesta es evidente.

Cuando ve usted que el país vota masivamente por el presidente, masivamente acepta lo que usted condena, ¿qué piensa del país?

Puede ser que vaya a ser una afirmación que no suene democrática, pero la mayoría no siempre tiene la razón. La mayoría no siempre es reflexiva. Hay muchísimos casos que muestran que la mayoría estaba equivocada y que las minorías conscientes, críticas, son las que tenían la razón. Eso lo va a demostrar el tiempo. Creer que la única posibilidad de legitimación es el respaldo mayoritario es equivocarse.

Y cuando se dice que el país con tantas agendas atrasadas, con tantas deficiencias ve con satisfacción que se hace obra pública, política educativa y de salud, ¿cuál es su reflexión?

Todo gobierno tiene la obligación de hacer obra. Y si es un gobierno que ha tenido primero, el tiempo; segundo, los recursos que no tuvieron otros, es evidente que hay que esperar que haga más obra que los otros. Pero cómo se ha hecho esa obra? Con un dispendio irresponsable de los recursos nacionales y sin la transparencia adecuada. Pero de tanta trascendencia o más trascendencia que la carretera es el respeto, por ejemplo, a las normas constitucionales y legalizar el sistema jurídico. No habrá igualmente ninguna reforma fundamental en la administración de justicia mientras no tenga dos garantías fundamentales: la independencia y la autonomía. La Función Judicial no es autónoma y no es independiente. El caso de El Universo es un ejemplo y hay otros casos que puedo mencionar.

Si usted habla de un gran silencio es porque hay muchas personas que callan. Muchos están haciendo buenos negocios. Otros hasta en las academias se han refugiado en sus estudios. ¿Tiene alguna explicación para ese gran silencio del cual usted habla?

A nivel de empresarios no podemos hablar mucho porque evidentemente ellos tienen un objetivo: que sus negocios tengan éxito. Pero hay otros sectores de la sociedad que deberían manifestarse. Las universidades debieran establecer un debate. No propongo que salgan a las calles y hagan política, pero que sí sean centro de debate, de discusión de ideas. Cuando se atropellaban en regímenes anteriores los Derechos Humanos, había protesta, denuncia, reclamos. Ahora hay silencio. Se ha atropellado a la mujer en varias oportunidades, sin embargo no han sido capaces de expresar su protesta. ¿Dónde están los intelectuales que expresan su opinión, su criterio? Antes por cualquier cosa reclamaban. Ahora veo que el actual presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, a quien aprecio y respeto, en lugar de reclamar por los derechos legítimos al financiamiento de la cultura y de la Casa de la Cultura, manda una carta mendicante al Presidente para no ser respondido.

¿Cuál es para usted el camino?

No es aceptar con resignación lo que está pasando y punto. El camino es el debate, la discusión, expresar abiertamente y sin temor nuestras opiniones. En esos grupos también hay grupos que tienen miedo. Saben que es un Régimen autoritario, saben que utiliza la función judicial como mecanismo, como instrumento de represión y tienen miedo.

Usted describe un panorama desolador. La soledad relativa que siente, ¿lo ha mermado?

Hace pensar, hace reflexionar pero creo que la respuesta y el resultado a esa reflexión es que hay que seguir luchando, que hay que seguir trabajando, que hay que seguir buscando el diálogo, que hay que seguir buscando la reflexión y que hay que seguir construyendo, pensando en construir el futuro. No un futuro en que la ley no exista, donde las instituciones estén sometidas, donde solo haya una verdad y no haya la pluralidad, donde no tengamos elecciones libres, donde no tengamos instituciones independientes y autónomas, no, es justamente lo contrario.

¿Su libro es una botella botada al mar?

O es una simple gota en el mar, pero no importa. La gota de agua persistente termina haciendo un hueco en la roca. Y eso es no desmayar, no decepcionarse. No creo que es el éxito lo que justifica la vida. Lo que la justifica es por qué y cómo luchamos.

¿Una actitud?

Sí, una actitud.

El personaje

Antonio Rodríguez Vincens es jurista, hombre de letras y periodista. Lector inveterado, es autor de un libro sobre El Quijote. Semanalmente publica sus opiniones políticas en una columna en El Comercio.

Miercoles, 22 de mayo del 2013.



LA FUENTE DE LAS MUJERES.

La película se da en un pueblo de medio oriente llamado Magreb, donde se efectúa un conflicto entre las mujeres del pueblo y sus esposos. En esa aldea en mitad de un campo, sin ningún medio de transporte, sin comunicación hacia el exterior, a distancias largar de los ríos y lagos, las mujeres tenían como obligación desplazarse a lo alto de una montaña para traer agua a sus casas, manteniendo a la mujer como empleada al hombre, formas primitivas de una sociedad, sin contraste en la actualidad. Agua, para cubrir las necesidades de la familia, aunque en ello vayan sacrificios, penalidades, y duelos.
Pero una mujer llamada Leila protagonista de la película, llama la atención de toda la comunidad femenina, Leila sabe leer y escribir y conoce otras formas de vida más dignas gracias a que su marido enseño esos conocimientos.
Una a una van sumándose al valor de Leila y a la reclamación, la mayor cantidad de mujeres casadas y cansadas de este abuso en contra de ellas, dando así a una reacción de los hombres totalmente en contra a esta huelga, pero siguen dispuestas en continuar con su lucha a favor de sus derechos. Su única estrategia es el amor y sexo, todas están de acuerdo en no satisfacer las ansias amorosas de sus maridos, hasta que ellos no logren canalizar el agua al poblado.

COMENTARIO.
Para mi punto de vista esta película hace ver las malas actitudes que tienen los hombres al ser machistas, podemos observar que la protagonista de la película es una mujer muy inteligente que sabe leer y escribir, así como defiende sus ideales y da un paso adelante para que las demás mujeres apoyen y hagan ver sus derechos.
También podemos canalizar que en pleno siglo XXI siguen existiendo estereotipos que poden a la mujer por debajo de los hombres, sin darnos cuenta de la capacidad de la mujer en cumplir funciones y la capacidad de aprender.

jueves, 2 de mayo de 2013

Jueves, 2 de mayo del 2013.

Fernando Villavicencio.




En esta causa nos solidarizamos por la tortura política que ha tenido un ciudadano, sin darse cuenta que los derechos constitucionales se rompen y la inestabilidad política, así como se pierde el Estado de Derechos.
Tenemos en la actualidad un gobierno autoritarista donde un acaparador del poder ha corrompido la democracia y los derechos constitucionales.